miércoles, 22 de abril de 2009
DIA DE LA TIERRA
Un dia para recordar y reflexionar... Un día y todos para hacer un análisis de cómo estamos llevando a éste, nuestro único lugar habitable.
Porque la responsabilidad es nuestra, frente a generaciones futuras cuándo se nos pregunte
- " ¿Y tú que hiciste, para mejorar el lugar en qué vivimos...? "
-" ¿ Porqué fueron tan egoístas y no pensaron que nosotros, también queríamos bosques, ríos de aguas puras, un cielo celeste...y aire limpio que respirar?
-" En cambio heredamos, contaminación y tristeza, enfermedades y hambre"
ES NUESTRA HORA ! YA ¡ DE HACER LO QUE ESTÉ A NUESTRO ALCANCE , PARA QUE PUEDAMOS DEJARLES UN LUGAR MEJOR...
Willow.
Etiquetas:
conservación,
tierra.
domingo, 5 de abril de 2009
Los peregrinos.
Los mayas-quichés vinieron desde el oriente.
Cuando recién llegaron a las nuevas tierras, con sus dioses cargados a la espalda, tuvieron miedo de que no hubiera amanecer.
Ellos habían dejado la alegría allá en Tulán y habían quedado sin aliento al cabo de larga y penosa travesía. Esperaron al borde del bosque de Izmachí, quietos, todos reunidos, sin que nadie se sentara ni se echara a descansar. Pero pasaba el tiempo y no acababa la negrura.
El lucero anunciador apareció, por fin, en el cielo.
Los quichés se abrazaron y bailaron; y después, dice el libro sagrado, el sol se alzó como hombre.
Desde esa vez, los quichés acuden, al fin de cada noche, a recibir al lucero del alba y a ver el nacimiento del sol. Cuando el sol está a punto de asomar, dicen
De allá venimos.
Fuente: Memorias del fuego. Autor: Eduardo Galeano.
Cuando recién llegaron a las nuevas tierras, con sus dioses cargados a la espalda, tuvieron miedo de que no hubiera amanecer.
Ellos habían dejado la alegría allá en Tulán y habían quedado sin aliento al cabo de larga y penosa travesía. Esperaron al borde del bosque de Izmachí, quietos, todos reunidos, sin que nadie se sentara ni se echara a descansar. Pero pasaba el tiempo y no acababa la negrura.
El lucero anunciador apareció, por fin, en el cielo.
Los quichés se abrazaron y bailaron; y después, dice el libro sagrado, el sol se alzó como hombre.
Desde esa vez, los quichés acuden, al fin de cada noche, a recibir al lucero del alba y a ver el nacimiento del sol. Cuando el sol está a punto de asomar, dicen
De allá venimos.
Fuente: Memorias del fuego. Autor: Eduardo Galeano.
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